Cada día al despertar
Que inexplicable es poder voltear mi vista hacia el pasado,
y sentir que lo que han dicho, también lo han demostrado.
Que estén esas personas con las que mucho no he hablado,
pero que me han sorprendido, con un buen gesto o un abrazo.
Pensar que lamentablemente afuera camina tanta gente,
que nunca pudo descubrir lo que es formar una amistad.
Y están aquellos otros, que por poco ya ni sienten…
Porque los han defraudado y no han vuelto a confiar.
Al pasar por estos años, vimos como personas se han ido;
como tantas otras han llegado, y algunos nunca pudimos irnos.
Pasamos por etapas con poco brillo, donde nada parecía ser muy sencillo.
Pero a pesar de todo lo superamos… Y hoy puedo sentir que son mis hermanos.
Ahora miramos hacia delante, las decisiones a tomar no son las de antes.
Cada minuto es tan importante, no hay tanto tiempo para pelear.
Es tan hermoso poder hablarles, sentir sus voces y a veces contarles,
como puedo hacerlo con esto…que me conformo con sólo charlar.
Porque tome el camino que tome, aunque esté triste o a veces embrome,
en mi corazón hay tantos secretos que tuve el privilegio de poder escuchar.
Y ni hablar de los recuerdos, de tantas risas, tantos silencios…
No hay regalo más preciado que agradecer a Dios cada día al despertar.
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